Voto de la Ciudad de Murcia a la Virgen del Rosario

A tus plantas, Virgen Santísima del Rosario, se postra hoy Murcia -y en su nombre su Corporación Municipal- para hacer memoria agradecida de tu gran bondad para con generaciones y generaciones de murcianos.

Murcia y su Huerta nos hablan de la secular devoción al Rosario de la Virgen. Basta recordar con emoción el ancestral canto de las campanas de auroros llamando a la plegaria mariana. Sin duda, la labor de los Dominicos en el campo de la cultura y de la religiosidad popular ha dejado una grata huella en la memoria de nuestra Ciudad. Y de ellos hemos aprendido que estamos llamados a unirnos a los miles, millones de personas que comparten la fe y la esperanza en un mundo mejor, más solidario, más humano y más justo, en el que reine la paz y el amor en torno a la oración y al Santo Rosario.

Vengo en este día, Santa Madre, a venerarte como ya hiciera en 1597 mi antecesor, el alcalde Francisco Mingrano, quien aquel año festejó a la copatrona de Murcia, la Virgen del Rosario, y el combate de Lepanto. Como Alcalde, me enorgullece mantener esta venerable tradición que se quiso fuera instituida a perpetuidad. Se trata de una más de las señas de identidad de esta Ciudad cuya memoria histórica exige ser valorada y puesta en uso.

Antaño se erigieron los votos por episodios de epidemias y plagas, también lo hicieron por terremotos y por sequías, en los que modo ordinario el Ayuntamiento de Murcia recurría confiadamente a la mediación de la Virgen del Rosario, implorando su consuelo unas veces, su protección otras y siempre su bendición. Hoy tampoco estamos libres de aquellas tragedias y alguna de ellas, como el fanatismo, el egoísmo o el materialismo o la sequía, la falta secular del agua que da esperanza, vida y prosperidad, nos preocupa aún más en la actualidad que en años pretéritos.

Mientras en el mundo sucedan catástrofes y tragedias; mientras en Murcia sufra algún ciudadano aquejado por el dolor u oprimido por la desesperación; mientras alguien luche por conservar y difundir nuestras creencias e identidad, estamos en la obligación de renovar este Voto con ilusión y alegría. Porque, tres siglos largos años después de su fundación, lejos de considerarse una costumbre anticuada, reluce de nuevo recuperada por la pasión que estos hermanos de la Archicofradía del Rosario ponen en cuanto organizan.

Esta Función Solemne del Voto no supone una huida de los problemas de nuestra Ciudad; todo lo contrario, nos impulsa a examinarlos de manera responsable y generosa, y nos concede –como hizo en 1677- la fuerza de afrontarlos con la ayuda de Dios y con el firme propósito de trabajar incansablemente por el bien y progreso de todos los ciudadanos.

Cuantas veces el Santo Rosario ha sido instrumento privilegiado para evitar peligros y guerras, ha sido invocado para implorar a Jesucristo a través de su Santísima Madre, la reconciliación y la paz. Cuantas veces Benedicto XVI y los Papas que le precedieron, como el recordado Juan Pablo II, nos han invitado a poner la esperanza de la victoria sobre el mal en Dios rezando el Rosario.

Dios te Salve María, Virgen Gloriosa y Bendita del Rosario, Madre Nuestra en los misterios Gozosos, Luminosos, Dolorosos y Gloriosos, desde tu trono de clemencia escucha la súplica que hoy te hago en nombre de los murcianos, de nuestros jóvenes, para que crezcan en la dignidad, la solidaridad y los valores cristianos y morales de una sociedad más justa y tolerante; de nuestros mayores, que en la etapa de la vida en la que atesoran experiencia, encuentren el cariño, la atención y el afecto de quienes les rodeamos; de las familias murcianas que defienden la libertad, fortaleciendo sus vínculos y estrechando sus lazos; de todos los que tenemos la fortuna de vivir en esta tierra mariana, para que reafirmemos nuestro compromiso con los demás.

Atiende Madre Buena, Santísima Virgen del Rosario, las necesidades de tus hijos más desfavorecidos y vuelve a nuestra Ciudad esos tus ojos misericordiosos, bendice a nuestras familias, intercede por aquellos que nos abandonaron camino de la Gloria y protégenos de todo mal. Amén.

Miguel Ángel Cámara Botía
Alcalde de Murcia

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