Murcia integrará los criterios ambientales en la construcción de instalaciones y organización de eventos deportivos

El Ayuntamiento de Murcia se ha adherido al proyecto Juega Verde, una apuesta por mejorar la calidad de vida de los ciudadanos aplicando los principios medioambientales al deporte

Junto con el deporte y la cultura, el medio ambiente se ha convertido en el tercer pilar que sustenta el movimiento olímpico y, por ende, el deporte. Sobre esta base ha construido el Alcalde, Miguel Ángel Cámara, su intervención en el acto de inauguración de las jornadas Deporte y Medio Ambiente que ha tenido lugar esta mañana en el Comité Olímpico Español.

Cámara, presidente de la Comisión de Deportes de la FEMP, ha destacado la colaboración mantenida por el Comité Olímpico Español y la Federación Española de Municipios y Provincias para la integración de criterios ambientales y de sostenibilidad en el deporte en el ámbito local.

Fruto de este entendimiento nació el proyecto Juega Verde, una apuesta de las ciudades y del movimiento olímpico por mejorar la calidad de vida de los españoles aplicando los principios medioambientales al deporte en sus distintas vertientes.

Murcia se adhirió a este plan por acuerdo de la Junta de Gobierno del pasado 1 de octubre, en una apuesta para avanzar en los cuatro ámbitos del deporte más propicios para propiciar la integración de los criterios ambientales:

  • Los eventos deportivos, aplicando los principios sostenibles en su organización y gestión
  • El diseño y construcción de nuevas instalaciones deportivas, que deberá incorporar criterios ambientales
  • La implantación de sistemas de gestión en instalaciones existentes y consolidadas, bien introduciendo buenas prácticas ambientales o, incluso, incorporando el sistema de gestión ambiental en las mismas
  • La actividad cotidiana de las entidades deportivas. En este campo, incentivando la promoción de los valores y las buenas prácticas ambientales entre las entidades deportivas y sus miembros, considerando entre otras posibles medidas la valoración de dichas buenas prácticas en las bases de convocatorias de subvenciones y ayudas.

Entre otras cosas, se tendrá en cuenta la arquitectura y edificación sostenible, el ahorro de agua, la eficiencia y diversificación energética, las energías renovables, la reducción, reutilización y reciclaje de residuos, la reducción de emisiones a la atmósfera y de la contaminación acústica, además de la protección de zonas verdes y biodiversidad.

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