Una gran exposición recuerda en Murcia al primer ministro de Carlos III y IV

En conmemoración del bicentenario de su muerte, "Floridablanca (1728-1808), la utopía reformadora"

Murcia, 22 sep (EFE).- José Moñino, conde de Floridablanca, primer secretario de Estado español de 1777 a 1792, durante los reinados de Carlos III y Carlos IV, es recordado hasta el 8 de diciembre con una gran exposición en Murcia que incluye casi 250 obras de todo tipo, cuatro de ellas de Goya, que irá luego a Madrid.

En conmemoración del bicentenario de su muerte, "Floridablanca (1728-1808), la utopía reformadora" propone un recorrido por la vida y obra de Moñino, contextualizadas en el período histórico que le tocó vivir, que se inicia con su nacimiento en Murcia y su época de estudiante de Derecho en Orihuela (Alicante).

Este primer período está enmarcado en la exposición con el título de "De hidalgo murciano a fiscal de Consejo de Castilla" e ilustrado con algunas tallas de su coetáneo Francisco Salzillo, el imaginero murciano, etapa a la que le sigue, también en la sala Las Claras, la denominada "El varón prudente, de buen modo y trato".

Como comentó Cristóbal Belda, catedrático de Historia del Arte en la Universidad de Murcia y comisario de la exposición, Moñino partió a Madrid en 1748, donde se convirtió en un brillante abogado que sería ascendido primero a fiscal del Consejo de Castilla y nombrado después embajador de España en Roma ante la Santa Sede para canalizar las tensas relaciones entre Carlos III y Clemente XIV.

Destaca aquí la presencia del óleo de Antonio Joli que ilustra la salida de Carlos III de Nápoles y de otros cuadros, de Mengs, Terbusch, Bayeu, Martí y Monsó, que ilustran el motín de Esquilache que desembocaría en la supresión de la Compañía de Jesús en 1773, lo que le valió el título de conde que le concedió por el Rey.

El retrato que de Floridablanca hizo Goya en 1783 y que procede del museo del Prado recibe al visitante en una segunda sala, la de San Esteban, que acoge la tercera sección de la exposición, un núcleo central sobre su labor como secretario de Estado y sus posteriores caída, en 1792, retiro y retorno al poder, en 1808.

Ésta es su etapa como "reformador en todos los ámbitos", según Soledad López, presidenta de la Sociedad Estatal de Conmemoraciones Culturales, que coproduce la exposición con la fundación Cajamurcia, las consejerías murcianas de Cultura y Turismo, el ayuntamiento de Murcia y la Real Academia de la Bellas Artes de San Fernando, de Madrid, donde se verá del 22 de diciembre al 22 de febrero de 2009.

Como primer ministro, Moñino impulsó la construcción de más de 2.000 kilómetros de carreteras, canales y sistemas de regadío, modernizó el sistema crediticio, creó el banco de San Carlos, antecedente del de España, liberalizó los precios y favoreció la extensión del comercio eliminando trabas, así como las industrias de la porcelana, la plata, el cristal y los tejidos, entre otras.

En esta sala pueden verse una gran colección de monedas, una mesa adornada como en la época, con candelabros, cubiertos y menaje ("en torno a la comida y a la música florece el debate", comentó Belda), porcelanas y joyas, cuya industria creaba riqueza y empleo, pues le "obsesionaba la idea del trabajo", según Belda.

"No hay más vil oficio que el de vago", apostilló López citando al propio Floridablanca, lo que se ilustra con obras que representan "la felicidad pública, el gran objetivo de los ilustrados, basado en la paz y en la justicia, pilares de la política de Carlos III".

También hay piezas de todo tipo que dan fe de su impulso a la cartografía, las ciencias, las artes, la investigación, la prensa, la arquitectura, la botánica, la química, la historia, las obras hidráulicas, la educación y la medicina, entre otras disciplinas.

Otros atractivos de la muestra son los retratos que Goya hizo a Fernando VII, a la reina María Luisa y al marino José de Vargas Ponce, así como pinturas de Batoni, Ferro, Vergara, Houasse, Flaugiers, Maella y Giaquinto, y dibujos, documentos, porcelanas, mapas, libros, joyas y esculturas cedidas por Patrimonio Nacional, los archivos generales de Simancas y de Indias, la Biblioteca Nacional y museos de Bellas Artes de Sevilla, Francia e Italia.

Con la desestabilización que llevó consigo la Revolución Francesa, "el gran reformista se volvió ultraconservador" al final de su vida, dijo Belda, persiguió a sus amigos, entre ellos, Campomanes y Jovellanos, cambió su política ilustrada por otra represiva y abrió las puertas al retorno de la Inquisición.

Acusado de corrupción y abuso de poder, fue depuesto por Carlos IV del cargo en el que le sucederían Aranda y luego Godoy, quien lo rehabilitó después de que Moñino pasara dos años encarcelado en Pamplona, tras lo que fue llamado en la Guerra de la Independencia para presidir la Junta Suprema Central, que, dado el cariz que tomaban los acontecimientos, se trasladó a Sevilla, donde murió. EFE

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