"Rafaelillo" y Daniel Luque, a hombros en la Corrida de la Prensa

Diego Vera

Murcia, 13 sep (EFE).- Los diestros Daniel Luque, que cortó tres orejas y un rabo, y Rafael Rubio "Rafaelillo", que paseó tres, salieron por la Puerta Grande del coso de "La Condomina" en la tradicional Corrida de la Prensa celebrada hoy en Murcia.

FICHA DEL FESTEJO.- Toros de José Luis Pereda, bien presentados, nobles y manejables a excepción del cuarto, que tuvo más complicaciones.

Rafael Rubio "Rafaelillo", una oreja tras aviso y dos orejas tras aviso.

Daniel Luque, una oreja, y dos orejas y rabo.

Julio Benítez "El Cordobés" (hijo), silencio y silencio.

Antes de romper el paseíllo se guardó un minuto de silencio en memoria del presidente del club taurino de Murcia, Manuel González, recientemente fallecido.

La plaza tuvo media entrada.

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VALOR DE RAFAELILLO Y ELEGANCIA DE LUQUE

Abrió plaza en esta primera de feria el torero de la tierra "Rafaelillo", que estuvo muy firme y seguro con el primer toro de su lote, un animal que, aunque anduvo justito de fuerzas, le permitió realizar una faena muy interesante en la que estuvo siempre por encima de su oponente, y que remató con una gran estocada en todo lo alto tras un pinchazo.

Si la oreja de su primero fue ganada a ley y era la justa recompensa al esfuerzo realizado, todavía mas merecidas fueron las dos que le cortó al cuarto, un toro probón, que esperaba mucho y que cada vez se quedaba mas corto. Con éste, "Rafaelillo" realizó una labor vibrante, de gran exposición, que conectó mucho con los tendidos, totalmente volcados con él.

Daniel Luque realizó un gran esfuerzo con su primero, un toro colaborador pero al que había que saber administrar muy bien sus escasas fuerzas. Luque realizó una faena elegante sobre la mano diestra, por donde dibujó muletazos muy sentidos y de bello trazo.

En el quinto, Luque bordó el toreo en una faena sobre ambas manos de mucha sensibilidad y elegancia. El sevillano instrumentó tandas de mucho relajo y compás, siempre sometiendo por abajo al astado y llevándolo largo y muy templado. La plaza fue un clamor, el torero anduvo soberbio y así lo muestra las dos orejas y rabo que paseó.

Julio Benítez, que reaparecía en Murcia después de un mes apartado de los ruedos, anduvo desdibujado ante sus dos enemigos sin que sus faenas salieran limpias ni lograran transmitir a los tendidos. EFE

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