La recuperación urbana, social y laboral de Los Rosales permitirá mejorar las condiciones de vida de sus vecinos

Ayuntamiento, Ministerio de Fomento y Comunidad Autónoma llevarán a cabo en 2015 la renovación urbana del barrio que afectará a 379 viviendas de 14 bloques y plazas. La intervención incluye medidas de ámbito social, económico y ambiental. Además de talleres y cursos de formación, la empresa adjudicataria de las obras estará obligada a contratar a jóvenes y desempleados de larga duración del barrio. El presupuesto asciende a 2,8 millones de euros, de los cuales el Ayuntamiento aporta el 56%.

Las condiciones de vida de las personas y familias que residen en el barrio de Los Rosales, en El Palmar, va a experimentar un cambio sustancial derivado del plan de renovación urbana que van a llevar a cabo las tres administraciones, y que es continuación de una primera fase ejecutada ya por el Ayuntamiento. 

No se trata, además, de una intervención exclusivamente de carácter urbanístico, sino que va más allá. Incluye una serie de medidas de ámbito social, económico y ambiental encaminadas a propiciar la mejora de la calidad de vida de sus residentes con medidas que propicien la integración, la participación vecinal y la creación de empleo mediante la contratación de personas en situación de paro y un programa de cursos de formación y talleres. 

El Alcalde, Miguel Ángel Cámara, ha firmado esta mañana el acuerdo de colaboración con la Ministra de Fomento, Ana Pastor, y el Presidente de la Comunidad Autónoma, Alberto Garre, que permitirá desarrollar este proyecto, cuyo coste asciende a 2,8 millones de euros. El Ayuntamiento se hará cargo de financiar el 56,2% del presupuesto –1,6 millones-, mientras que el Ministerio de Fomento aportará el 35% -996.000 euros- y la Comunidad Autónoma colaborará con 250.000 euros. 

El acuerdo alcanza a 379 viviendas distribuidas en 14 bloques, a las que se deben sumar otras 68 que han sido ya objeto de rehabilitación por parte del Ayuntamiento, con una inversión de 381.000 euros.

Desde el punto de vista de las infraestructuras, el ambicioso plan abarca tanto la renovación del saneamiento de los bloques, como la sustitución de las cubiertas, la adecuación de las fachadas y de los espacios comunes entre bloques, las reparaciones de escaleras y vías de acceso de las viviendas y el acondicionamiento de las plazas y zonas de esparcimiento. 

Las obras podrán comenzar en primavera puesto que el proyecto, elaborado por Urbamusa, está listo para ser aprobado por el Ayuntamiento y convocar la licitación. El objetivo es finalizar la actuación en diciembre de 2015. 

Bricolaje, hábitos saludables y vecindad

Lejos de ser sólo un proyecto de rehabilitación urbanística, la intervención diseñada por las tres administraciones cuenta con una vertiente social muy relevante, pues entre sus objetivos prioritarios destaca la mejora de las condiciones de vida de las personas. Para ello, presta especial atención a la resolución de los problemas de exclusión social, ya sea de género, cultura, étnica o económica. 

La implicación y participación de sus habitantes en la rehabilitación constituye uno de los puntos clave del proceso, comenzando por lograr la constitución de las comunidades de propietarios. Asimismo, se pondrán en marcha cursos de formación que tengan por finalidad la promoción del cuidado de la vivienda, el buen uso de espacios comunes, el entorno urbano, las buenas relaciones vecinales y la implicación participativa necesaria para la mejora del barrio. Se trata, en definitiva, de integrar a sus habitantes en procesos de formación socioeducativos que logren una verdadera regeneración del barrio. 

De forma paralela al proceso de rehabilitación de las viviendas, se impartirán los talleres “Vivienda saludable” –para promover las condiciones de hábitos saludables-, “Bricolaje básico” –para el mantenimiento adecuado de las viviendas- y “Espacio comunitario y vecindad” –para el entrenamiento de habilidades sociales para la convivencia y la participación-. 

Los dos primeros se realizarán en colaboración con el servicio de Empleo del Ayuntamiento de Murcia, con una metodología teórica y práctica e impartidos en grupos reducidos. El tercero se desarrollará en coordinación con el área de Servicios Sociales.

Contratación de desempleados del barrio

Asimismo, se pondrán en marcha medidas encaminadas a la formación para la inserción laboral de las personas desempleadas en Los Rosales, con edades comprendidas entre los 16 y 65, inscritos como demandantes de empleo. 

Para ello, además de sesiones de formación ocupacional, orientación laboral, búsqueda de empleo y autoempleo y otras propuestas dirigidas a la inserción laboral, el convenio aprobado hoy prevé dos acciones singulares:

- La incorporación en el Pliego de Condiciones Técnicas y Administrativas de contratación de las obras de una cláusula de obligado cumplimiento en la cual la empresa adjudicataria tenga la obligación de incorporar en su plantilla de trabajadores un 30% de desempleados del barrio. Y de este 30%, el 50% serán jóvenes menores de 30 años y el 50% restante parados de larga duración.

- Los Agentes de Empleo y Desarrollo Local del Ayuntamiento trabajarán conjuntamente con las empresas ubicadas en la zona para favorecer la incorporación de los parados del barrio a sus empresas.

En cuanto a las medidas ambientales, el plan prevé la ejecución de medidas dirigidas a concienciar a los vecinos en el cuidado de espacios públicos y zonas verdes mediante su participación en la plantación vegetal y en iniciativas de formación para el buen uso de los contenedores de recogida selectiva

Un barrio con historia

Este barrio, que cuenta con una población de cerca de 6.000 personas, fue promovido a finales de la década de los años 60 e inicio de los 70 y es un polígono que se estructura de una manera muy particular, combinando viviendas unifamiliares adosadas de una y dos alturas con bloques de viviendas colectivas de hasta cuatro plantas. 

Tomando como base el año de construcción, el barrio se divide en tres zonas: viviendas situadas más cerca del núcleo de El Palmar (entre la calle Olivo, la calle Mayor y la calle San Roque) que datan de 1969; los bloques situados entre la calle de los Plátanos y la Avenida de los Rosales, edificados en 1972; y, por último, la zona más al sur, levantada en 1974, que limita por el norte con la Avenida de los Rosales, por el oeste con la Avenida de los Albaricoques y al este por la Avenida de Primero de Mayo, situada frente a la ciudad sanitaria de La Arrixaca. 

Las tres áreas diferenciadas siguen una misma estructura urbanística y arquitectónica, donde los bloques se disponen siguiendo una trama ortogonal que libera pequeñas plazas y calles peatonales interiores donde los vehículos no pueden acceder. Todos los bloques de viviendas, tanto unifamiliares como en edificios, tienen una imagen unitaria muy reconocible, con fachadas de ladrillo amarillo, voladizos de hormigón visto y cubiertas con pendientes muy características. 

Por otra parte, la antigüedad del barrio, unida a la mala calidad de la urbanización, hace que existan problemas de infraestructuras en el sistema de alcantarillado y en los espacios comunes. Las edificaciones, al igual que muchos barrios de los años sesenta y setenta, son de mala calidad y con el paso de los años se han deteriorado mucho, generando problemas en las cubiertas y cerramientos, lo que produce diversas patologías de la edificación.

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