Éxito del taller para adultos organizado por la Consejería de Cultura en el Museo de Santa Clara de Murcia

La actividad, que concluye hoy y se ha desarrollado bajo el título 'Los patios islámicos: simbología del paraíso', ha permitido al visitante conocer en profundidad los dos jardines que acoge este conjunto monumental

El taller para adultos 'Los patios islámicos: simbología del paraíso' organizado por la Consejería de Educación, Cultura y Universidades en el Museo de Santa Clara han sido un éxito de público desde su puesta en marcha, coincidiendo con el Día Internacional de los Museos, hasta su conclusión en el día de hoy.

Esta iniciativa ha permitido a los visitantes conocer en profundidad los dos jardines andalusíes con los que cuenta el conjunto monumental de Santa Clara. Estos patios, que recogen el testigo de cantidad de influencias de diferentes imperios, conjugan simbología y utilidad en su concepción y en ellos se puede apreciar su influencia en famosos jardines posteriores, tanto del Renacimiento como del Barroco.

La directora general de Bienes Culturales y Enseñanzas Artísticas, Carmen Batres, aseguró que "la Región de Murcia ha logrado conservar estos dos magníficos ejemplos de jardines andalusíes de palacios de los siglos XII y XIII en el centro de Murcia". Mediante estos talleres, añadió, "además del placer para todos los sentidos que evocan estos espacios, el visitante ha podido conocer los secretos del concepto de jardín espiritual que encierran, así como su historia".

En este taller para adultos, que se ha programado de forma excepcional, se explica la evolución y simbología de los patios andalusíes y cómo son fiel reflejo del paraíso tal y como relata el Corán. Además, cuentan con las influencias de los importantes imperios de la antigüedad del Próximo y Medio Oriente, como el paraíso persa del Avesta.

Estos jardines hispanoárabes se envuelve de todo aquello que le puede proporcionar placer a los cinco sentidos: para la vista, el color, la luz y la sombra; para el olfato, las plantas aromáticas o el perfume de las flores; para el oído, el murmullo del agua y el canto de las aves; para el tacto, las distintas texturas de los recursos que lo forman como vegetación, agua, azulejo y adobe; y para el gusto, el sabor de los frutos.

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