La Estación Meteorológica del Majal Blanco participa en un estudio internacional para evaluar contaminantes atmosféricos

La investigación está siendo realizada por la Universidad de Lancaster (Inglaterra), en colaboración con la Universidad de Murcia

La estación Meteorológica del Parque Forestal Municipal del Majal Blanco, que gestiona la Asociación Meteorológica del Sureste (AMETSE) y que participa en el proyecto CLIMASCOY, colaborará en un estudio internacional de evaluación de la  contaminación atmosférica por contaminantes orgánicos persistentes  (POPs). La investigación está dirigida por el profesor Kevin Jones de la Universidad de Lancaster (Inglaterra) y participa la Universidad de Murcia.

El estudio pretende establecer el ciclo temporal de algunos contaminantes atmosféricos, como algunos pesticidas y PCBs, PAHs, PBDEs. Los datos serán recogidos por un dispositivo que es un soporte metálico tipo platillo volador, de unos 30 cm de diámetro y 25 cm de alto con discos de espuma de poliuretano. 

El estudio ha estado desarrollándose durante varios años en el norte de Europa. En este momento tienen cubierto un área de toma de muestras desde Svalbard (cerca del Polo Norte) a Santo Tomé y Príncipe, pasando por las Azores y Canarias. En la península Ibérica, el estudio cuenta con tres estaciones de control en Portugal y dos en la península, una en Barcelona y ahora, en el Majal Blanco. 

Profesionales del Centro Meteorológico Territorial de Murcia, que se encuentra en Guadalupe, se pusieron en contacto con la Concejalía de Medio Ambiente del Ayuntamiento de Murcia, que dirige Adela Martínez-Cachá, para proponerles la instalación de los muestreadores en la estación Meteorológica del Majal Blanco, ya que el lugar dispone de las condiciones óptimas para la ubicación de este tipo de sensores, alejados de fuentes de contaminación directa y con un acceso no muy difícil.

Los dispositivos se instalaron durante el mes de mayo, aprovechando un fin de semana en el que el investigador responsable del proyecto visitaba Murcia. Los dispositivos no necesitan un mantenimiento especial y cada 3-6 meses los investigadores sustituirán los discos por otros nuevos, con el objetivo de medir los diferentes componentes atmosféricos que recoge el estudio.

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