El PSOE denuncia que "mientras el PP pide esfuerzos a los murcianos, Cascales obliga a sus operarios y conserjes a llevar ropa de marca"

La edil socialista Andrea Garries denuncia que la renovación del contrato para el vestuario laboral del personal de deportes para 2012 incluye como requisitos el uso de jersey tipo polo de manga larga de la marca Adidas, Boomerang o similar; así como zapatillas de deporte para invierno y verano de la marca Reebok, Adidas o similar

La edil del PSOE Andrea Garries lamenta que el PP de La Glorieta reclame esfuerzos a los murcianos con subidas por encima de 300 euros en impuestos y tasas como IBI, basura, agua, sello del coche, entre otros; mientras el responsable de Deportes, Miguel Cascales, obliga a vestirse con ropa de marca al personal laboral que trabaja en este servicio.

Así se establece en la prórroga del contrato del vestuario para operarios y conserjes de la concejalía de Deportes para 2012 que incluye como requisitos el uso de jersey tipo polo de manga larga de la marca Adidas, Boomerang o similar; así como zapatillas de deporte, unas para invierno y otras para verano, de la marca Reebok, Adidas o similar.

Aunque la renovación del contrato para el vestuario haya experimentado una reducción del 36,11 por ciento –explica Garries- nos resulta llamativo que se obligue a usar zapatillas y jerseys de primera marca, cuando buena parte de los ciudadanos hace malabares para llegar a fin de mes y compra la ropa deportiva, porque les sale más económica, en un conocido establecimiento situado en la zona norte o sencillamente en un mercadillo.

¿La concejal de Hacienda lo sabe?

En este sentido, Garries se pregunta si Cascales ha explicado a la concejal de Hacienda, Isabel Martínez Conesa, si dentro de sus políticas de austeridad y recortes, se incluye la obligatoriedad de que el personal de Deportes deba llevar ropa de primera marca.

"No deberíamos seguir pidiendo esfuerzos a ciudadanos y funcionarios sin dar ejemplo", subraya la edil socialista, quien destaca que con este tipo de "pequeños o graves errores, según se quiera ver, el Gobierno de Cámara tira con pólvora al rey, mientras obliga a sus vecinos a apretarse cada día más el cinturón".

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