Valcárcel resalta la magnífica recreación de la vida monacal a través de grandes obras de arte en la exposición 'Moradas de Grandeza'

La muestra, que se exhibe en el palacio Episcopal de Murcia, exhibe más de un centenar de obras de Murillo, Zurbarán, Ribera y otros grandes maestros que evocaron con gran esplendor la vida conventual

Caravaca de la Cruz desempeña un importante papel en el contenido y desarrollo de la exposición, debido a su condición de lugar de especial atracción para las comunidades religiosas durante la Edad Media

El presidente de la Comunidad Autónoma, Ramón Luis Valcárcel, inauguró hoy la exposición 'Moradas de Grandeza. La ciudad conventual española', que se exhibe en el Palacio Episcopal de Murcia y muestra "la singularidad de la historia de la vida monacal española, que propició la realización de grandes obras maestras del pensamiento, de la cultura escrita y del arte en todas y cada una de sus expresiones".

La exposición, que permanecerá abierta hasta el 30 de enero de 2011, exhibe los rasgos definitorios de la experiencia conventual en España, que en la ciudad de Caravaca de la Cruz tuvo especial desarrollo, así como su incidencia en la vida cotidiana y en la imagen de la ciudad tradicional. "Lo misterioso y desconocido de los conventos y monasterios españoles, su vida y su cultura es el hilo conductor de la muestra", subrayó Valcárcel.

El presidente de la Comunidad, que estuvo acompañado por el consejero de Cultura, Pedro Alberto Cruz, y el presidente de Cajamurcia, Carlos Egea, indicó que esta exposición "recuerda al visitante que los conventos y monasterios, junto a las funciones de carácter religioso y espiritual, cumplían también con la importante tarea de ser el principal refugio de la cultura, de la ciencia y de los escritos heredados de la Antigüedad Clásica".

Un extenso acopio de conocimiento "sobre el que, a lo largo de la Edad Media, habría de forjarse buena parte del acervo cultural, científico y filosófico de la Europa moderna y contemporánea", remarcó Valcárcel.

La muestra, comisariada por Cristóbal Belda, catedrático de Historia del Arte de la Universidad de Murcia, y diseñada por el arquitecto Pablo Puente, ha sido organizada por la Fundación Cajamurcia y patrocinada por la propia Fundación, la Comunidad Autónoma de la Región de Murcia y el Ayuntamiento, con la colaboración de la Diócesis de Cartagena.

El recorrido abarca una superficie de 400 m2 en la primera planta del Palacio Episcopal y reúne más de un centenar de piezas de grandes maestros como Murillo, Zurbarán, Ribera, Alonso Cano, Claudio Coello, Miguel Ángel Houasse, Francisco Pradilla, Gregorio Fernández, Alonso y Pedro de Mena, Francisco Salzillo y Luis Salvador Carmona, entre otros.

Orfebrería, instrumentos musicales y el Civitates Orbis Terrarum de 1573

A estos nombres se suman piezas de orfebrería, instrumentos musicales, lozas y cerámicas procedentes de Patrimonio Nacional, el Museo del Prado, la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, la Biblioteca Nacional, las catedrales de Sevilla y Valencia, así como de iglesias, conventos y monasterios. También publicaciones como el conocido 'Civitates Orbis Terrarum', obra de Georg Bryan en 1573, y el 'Manuscrito de Raymundi Lulli' de 1723, conservado en el Monasterio de Montserrat.

La muestra ha situado a Caravaca de la Cruz en el centro de este universo particular, debido a su singularidad como una ciudad que se fue transformando -por la continua llegada de peregrinos- en un lugar de atracción para las comunidades religiosas, fomentando su presencia en sus propias casas o en los nuevos espacios surgidos del crecimiento urbano.

Con este fin, 'Moradas de Grandeza. La ciudad conventual española' se articula en tres secciones que sirven de marco a ese imaginario recorrido: 'Por caminos poco andaderos', referida a las acciones sociales, benéficas y educativas de los monasterios; 'Aquesta celestial esfera', sobre el templo conventual, sus elementos compartidos y sus singularidades; y 'Esconder la vida', sobre la experiencia de vivir en clausura.

'Moradas de grandeza', constituye, afirmó Valcárcel, "una magnífica oportunidad de viajar al pasado y conocer de primera mano el cautivador mundo que encerraban en su muros monasterios y conventos; de poder admirar en nuestra región excelsas obras maestras". Y todo ello "con el gran aliciente de hacerlo en el Palacio Episcopal de Murcia, recuperado para el gran público con motivo de una exposición llamada desde un principio a repetir el rotundo éxito de las anteriores propuestas del Proyecto Huellas".

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