Desde el Rectorado de la Universidad de Murcia, queremos hacer pública la satisfacción por la reciente sentencia que desestima la querella presentada por la UCAM contra la exdirectora General de Bienes Culturales María Comas Gabarrón y cinco técnicos del Servicio de Patrimonio Histórico.
Los funcionarios ya dijeron en un acto público alto y claro a la sociedad, que han servido y sirven en la Función Pública Regional con el máximo respeto a la ley, y ahora esta sentencia refrenda su actuación.
El pasado mes de julio, la Fundación Universitaria San Antonio de Murcia-UCAM, interpuso una querella acusando de delitos de prevaricación continuada a los citados trabajadores. La sentencia hecha pública da por infundadas tales pretensiones, calificándolas de mera invención. El fallo del juez califica la acusación de prevaricación por parte de los querellantes como "un plan insostenible que demuestra la creación puramente artificial de la querella".
Desde el Rectorado de la UMU queremos hacer pública la satisfacción por una sentencia que pone de relieve la profesionalidad y el recto proceder de estos trabajadores públicos, que velaron en todas sus actuaciones por el cumplimiento estricto de la norma, defendiendo que la construcción de diversas obras en 135.000 metros de terreno en las inmediaciones de la UCAM, se contravenían con la necesidad de preservar la ausencia de pantalla visual que afectare paisajísticamente al Monasterio de los Jerónimos, lugar en el que se ubica el campus de la citada universidad privada.
El hecho de que resplandezca la verdad es siempre motivo de júbilo, pero aún lo es más cuando esta verdad supone la exoneración de toda culpa hacia unos trabajadores que sirven a la Función Pública y el reconocimiento de su profesionalidad y honorabilidad en su labor de obrar siempre en el ejercicio de sus funciones, en defensa de la Ley, rechazando cualquier presión que trate de desviarlos de la misión que la sociedad les ha encomendado.