El PSOE exige a Ballesta que ni discrimine ni abandone a las 3.600 familias que dependen de la venta ambulante ante la crisis del Covid-19

El concejal socialista Juan Vicente Larrosa explica que "estamos en la fase 3 de la desescalada pero el Ayuntamiento mantiene las restricciones de la fase 0, lo que está provocando que haya muchas familias con necesidad y echando mano de Cáritas"

Los vendedores ambulantes llevan semanas quejándose de su situación. Pese a estar ya en la fase 3 de la desescalada, en el municipio "seguimos como si estuviéramos en la fase 0 con los perjuicios para la economía de este sector que sigue sufriendo los estragos del cierre de mercados, no pudiendo acudir a sus puestos de trabajo y esperando a que el Ayuntamiento de Murcia reaccione". "Reclaman a Ballesta que les permita volver a los mercadillos al 100%, sin discriminar entre puestos alimentarios o textiles", explica Juan Vicente Larrosa, concejal socialista, quien recuerda que "estamos hablando de un gran colectivo compuesto por 3.600 familias que vive de este sector".

"Durante la fase 2, solo el 25% de los vendedores de fruta y verdura han podido acudir a su puesto, y los de textil y calzado apenas el 8%. Por eso piden igualdad y que les permitan instalarse a todos", explica el edil. Otro de los problemas a los que se enfrentan es que no todos los mercados están abiertos. "Los de mayores dimensiones y mayores ventas, como son el de La Fama, el del Barrio de Santa María de Gracia o los de grandes pedanías como El Palmar o Puente Tocinos, no están abriéndose todavía", recrimina Larrosa.

"Por no hablar de la falta de organización. Hay comerciantes a los que llaman tres veces por semana para acudir a su puesto de trabajo, mientras que a otros ni una sola vez. Esto da lugar a un malestar general incluso entre los propios comerciantes. No conocemos qué criterios están siguiendo para esta selección, pero nos queda claro que la organización brilla por su ausencia", protesta el concejal, quien muestra su exasperación por que muchas familias estén pasando necesidades e incluso acudiendo a Cáritas.

"El Ayuntamiento no puede seguir de brazos cruzados ante esta perversa realidad. Son un colectivo vulnerable, son familias que no están teniendo ingresos y que no sienten ningún tipo de respaldo ni garantía por parte de su administración más cercana. Parece que Ballesta no entiende cuáles son sus funciones, ni el perjuicio que crea esto en la vida de las personas que lo sufren", denuncia Larrosa, quien advierte de que en conversaciones con los vendedores han confesado que "se sienten víctimas de una competencia desleal respecto a los supermercados y centros comerciales, que han funcionado con cierta normalidad durante todo lo que llevamos de pandemia, puesto que en los mercadillos no permiten el autoservicio y hacen más incómoda la compra".

"Los vendedores ambulantes no lo entienden y nosotros tampoco" y apunta más: "como tampoco entienden los traslados de los puestos de su lugar original. Los clientes están acostumbrados a encontrarlos en un sitio específico y a todos los problemas que ya tienen, se les suman estos movimientos, que no les benefician en nada".

"Hay muchas cosas que el Ayuntamiento de Murcia podría hacer por estos ciudadanos sin actividad, lo más razonable sería suspenderle todas las tasas durante este año, promover campañas de concienciación y, al igual que se está haciendo con el pequeño comercio, debemos fomentar el consumo en los mercadillos y hacer que la ciudadanía les pierda el miedo y los vea como espacios seguros, que es lo que son, puesto que están al aire libre", afirma Juan Vicente Larrosa.

"Esperamos que Ballesta reaccione pronto a las demandas de este sector. Lo necesitan tanto como cualquier otro, si no más. Es urgente y debe tratarse con la prioridad que precisa", afirma Larrosa, porque "como los mismos vendedores dicen, no son comercio de segunda".

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